Bettina quiso pilotar aviones desde que a los 12 años acompañaba a su madre a los aeropuertos donde se instalaba una maquina de señalización importada por ella.
Bettina cumplio su sueño cuando en 1969, a los 22 años consiguió que se cambiara el reglamento que prohibia a las mujeres pilotar aviones de pasajeros.
Fue Spantax la compañía que le brindo la oportunidad, y durante una decada fue la única mujer en la cabina de un avión comercial.
En 1988, ascendió a comandante, pilotando un Airbus 320 convirtiéndose en la 2ª de Europa.